ARTURO NÚÑEZ |
Martes, 26 de Junio, 2012
TESTIGO!
ELECCIÓN DE TABASCO,
¡A TRIBUNALES...!
¡A TRIBUNALES...!
+ El conflicto poselectoral que viene, igual o peor que en los últimos 4 comicios
+ AMLO impugnó en 1994, Ojeda en 2000, 2001 y 2006; ¿ahora
Arturo Núñez?
+ Los
tabasqueños tienen madurez: emitirán voto diferenciado como en 2006
CARLOS CANTÓN ZETINA*
carlos_cantonz@hotmail.comHay cuatro cuestiones que, de cara a los históricos comicios del domingo 1 de julio en Tabasco, se antojan inexorables:
1.- Conflicto poselectoral. Los resultados serían dirimidos en el tribunal federal, dado el descrédito de
la autoridad local en la mater
2.- Voto diferenciado. Se ratificaría la madurez ciudadana, cuyo sufragio
no es “parejo” para un solo partido ni para
todos los distintos cargos en
disputa.
3.- No habrá “carro completo” para
ninguna de las dos fuerzas políticas que predominan en el estado: PRI y PRD.
4.- Elevado porcentaje de participación ciudadana en las urnas. Podría
ser de 70% o más (rebasando el millón de electores), en virtud
de que ahora --por vez primera--, se
elegirá simultáneamente al Presidente de
la República y al Gobernador, además de ayuntamientos y diputados federales y locales. En 2006 votó
63.09% en la disputa por la Quinta Grijalva.
Existen antecedentes de tales factores.
En consecuencia, no será algo nuevo que se
repitan.
Si Arturo Núñez Jiménez (ANJ) pierde la gubernatura, impugnará cualquiera que
sea el cómputo oficial. Para ello sería
empujado por sus simpatizantes más radicales y por el recién surgido movimiento
estudiantil #YoSoy132, que luchará por su
propia sobrevivencia (más, si Andrés
Manuel López Obrador no gana la Presidencia).
Si Jesús Alí de la Torre (JAT) no
gana, es predecible que ocurrirá lo mismo pese a que en Tabasco el PRI nunca ha perdido la gubernatura. O quizá precisamente por eso, recurriría a los tribunales.
Es incuestionable: ninguno de los dos aceptará sin chistar una derrota. Habrá
bronca, y sólo resta transmitir aquí el deseo de la inmensa mayoría de los
tabasqueños: que no haya violencia física, que la sangre no llegue al río.
En las cuatro elecciones constitucionales
de gobernador realizadas en los últimos 18 años, el PRD ha impugnado con suma dureza el resultado final, que le ha sido adverso.
En 1994, López Obrador fue vencido por Roberto Madrazo; en 2000 y 2001, César
Raúl Ojeda Zubieta (CROZ), el “pirruris” empresario hotelero, cayó ante Manuel Andrade; en 2006, Ojeda resultó
nuevamente perdedor, ahora ante Andrés Granier.
La inconformidad de AMLO se manifestó en bloqueo de pozos petroleros y en
el “Éxodo” al DF. Y en las tres ocasiones que participó, el fracasado CROZ hizo que el proceso comicial llegara al
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). La primera vez
le dio la razón, al anular la elección, que se reditó en agosto de
2001.
OJEDA, REPUDIADO |
La desconfianza del PRD en el Instituto
Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) está justificada, son muchas las
evidencias de que es un organismo al servicio del granierato. Su parcialidad ha sido denunciada por la oposición, que
incluso cuestiona la llegada de 101 mil boletas de “excedente”. Y el propio Núñez acusó que el gobierno estatal financia con recursos públicos la campaña de Alí de la Torre, candidato de la coalición “Compromiso por
Tabasco” (PRI-PVEM-Panal), “para garantizarle impunidad en
caso de ganar la gubernatura del estado”.
Lo real es que casi la totalidad
de las encuestas ubicaron a ANJ en
segundo lugar, desde antes de que empezara el periodo de 45 días de campaña y hasta el final.
Los sondeos más serios situaron al
priista ex alcalde de Centro entre 11 y
18 puntos arriba de su principal rival,
el ex senador perredista. Pero quizá el más ajustado a la realidad sea el que elaboró el diario EL UNIVERSAL, y que publicó el
viernes 22 de junio, el último día
legalmente permitido para la divulgación de encuestas. Coloca a JAT con 5 puntos sobre ANJ.
(Ese mismo porcentaje, 5%, marcó la diferencia de la derrota de Ojeda en
2001).
¿Por qué confiar más en la encuesta de ese periódico?. La respuesta está
basada en los hechos: hace 6 años hizo
un pronóstico exacto de lo que
finalmente ocurriría. Le atinó al resultado definitivo de la elección para
gobernador.
2006: Diez días
antes de la elección del domingo 15 de octubre,
EL UNIVERSAL publicó una encuesta donde ubicó al priista Granier
con 9
puntos sobre el candidato del PRD,
Ojeda: la medición fue de 51% contra 42% (EL UNIVERSAL, 5/X/2006). Ya se sabe que el resultado final de la
contienda constitucional fue de 51.77%
para “El Chelo Despensa” y 42.15% para
CROZ.
2012: Nueve días
antes de la elección del 1 de julio, EL UNIVERSAL publicó un sondeo en el que
situó a
Alí 5 puntos arriba de Núñez. Les
otorgó, respectivamente, 51% y 46%.
En el caso del acaudalado hotelero
CROZ, fue de más a menos. En el
2000 perdió por menos de un punto porcentual, y por eso
procedió el recuento del total de votos que se tradujo en la anulación de comicios; en 2001 por 5 puntos, y en 2006 por casi 10.
En esta tercera intentona, fueron 81.000 votos más a favor de Granier.
Hace seis años, Ojeda impugnó pese
a que la diferencia de votos fue la más contundente.
Sólo hizo el ridículo: el TEPJF
anuló nada más 7 casillas (de las 491 donde hubo nuevo cómputo) y el
resultado generó una raquítica variación
de 93 sufragios.
Perdió CROZ a pesar de que López
Obrador se metió a la campaña como si él fuera el candidato, como si se tratara
de una revancha por lo del 2 de julio de 2006 –cuando perdió la Presidencia--,
como si quisiera apostar todo su capital político en su tierra, como si su
presencia fuera la clave para llevar a su partido al triunfo. Estuvo 20 días
consecutivos acompañando al abanderado Ojeda.
En cambio, en la parte del PRI, el factor nacional, la derrota del
abanderado presidencial Madrazo y su
fantasma, no fueron determinantes para afectar de forma negativa a Granier.
AMLO, con mayor fuerza que ahora,
aniquiló en Tabasco a sus rivales el
priista Madrazo --también tabasqueño-- y el panista
Felipe Calderón. Hizo que el PRD ganara las candidaturas federales en el
estado. Pero tres meses después, no pudo hacer que ganara su prospecto
a gobernador: ¡Ojeda fue vencido
por tercera vez!.
En este 2012, es difícil que el
conflicto poselectoral derive en la anulación de comicios como hace once años. Sin embargo, no puede descartarse que haya un nuevo conteo
en una parte de las 2.666 casillas que se instalarán en el estado el 1 de julio. Aunque, como en 2006,
no cambiaría mucho el resultado.
Tanto la ley federal (Cofipe) como la estatal determinan que el conteo voto por voto, en el 100% de
casillas, únicamente se dará cuando la diferencia de sufragios entre el candidato perdedor y el vencedor
sea “igual o menor a 1%”. Es decir, como sucedió en el 2000.
EL VOTO DIFERENCIADO
Apenas en 2006, la ciudadanía tabasqueña mostró su madurez cívica
al sufragar en forma diferenciada y no hay razón para dudar que actúe igual el próximo domingo. Significaría que ni
PRD ni PRI lograrían “carro completo”.
También se prevé una mayor afluencia de votantes que hace seis años,
cuando de una Lista Nominal de 1.347.735
sufragaron 843.457 (63.09%). Esta vez son 1.530.142 los ciudadanos con derecho a elegir, y dado el
gran interés público por dirimir la Presidencia de la República y la
gubernatura --principalmente--, no sería
raro que más de un millón acuda a las urnas.
Imposible dar como un hecho que si mayoritariamente la población de
Tabasco se inclina a favor de López Obrador
--como hay indicios de que ocurrirá--,
también lo hará en pro de Núñez Jiménez.
Es cierto que por primera vez en la historia, en el Edén habrá una elección concurrente. Pero esta
innovación no sería obstáculo
alguno para que se dé el voto cruzado.
Recuérdese que en 15 de los 17
municipios ya hubo alternancia.
Centro, donde se ubica la capital Villahermosa, y Tacotalpa, enclavado
en la sierra, son los únicos
ayuntamientos que nunca ha perdido el PRI.
Es irrefutable la sabiduría
popular: castiga o premia a los partidos y sus candidatos. Sobre todo, procura
que el nuevo gobernador no sea omnímodo
sino que tenga un contrapeso en el Congreso estatal. Por eso, hace seis años, los electores tabasqueños supieron distinguir
o separar sus sufragios. Al PRD le dieron 11
legisladores de mayoría, y al tricolor 10. (Además, pusieron en manos del Sol Azteca 7 de los 17 ayuntamientos).
Fue voluntad ciudadana que el gobernador fuera priista (Granier) pero que no tuviera mayoría absoluta en la Cámara de
Diputados para evitar que hiciera lo que se le diera la gana. Al
final, con la suma de los “pluris” –de representación proporcional--, quedó un
empate: 17 legisladores para el PRI, y el mismo número para la coalición de
izquierda. Uno solo para el PAN, para dar un total de 35.
Esa decisión del electorado --que
el gobernador tuviera un contrapeso--
fue violentada ilegalmente por Granier y su entonces Secretario de
Gobierno, Humberto Mayans, al comprar a diputados perredistas y tener así un
Congreso a modo. El poder corruptor del granierato modificó la correlación de fuerzas que el pueblo deseaba para la
Legislatura. Y ya todos sabemos las nefastas consecuencias para Tabasco…
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*Carlos
Cantón Zetina es un periodista tabasqueño con una vasta trayectoria profesional
de 45 años. Fue reportero y Jefe de
Información del diario Excélsior y director general de las revistas que
fueron de circulación nacional Quehacer Político, Polémica y Huellas.
Twitter:
@cantonzetina